• La
migración por efectos de trabajo en actividades que son rotativas al interior
del país, por ejemplo minería, agricultura, construcción de infraestructura,
entre otras, o la migración que ocurre por conflictos y guerras civiles, o
aquella que se da por la ocurrencia de desastres naturales implica que existe
la posibilidad que personas afectadas por la lepra, que quizá no han sido
detectadas y tratadas se muevan a zonas en las que no ha habido historia de lepra.
• En
las poblaciones que viven en entornos donde la pobreza es generalizada y los
recursos, o el acceso a las oportunidades de mejoramiento de la calidad de
vida, son limitadas y escasas; esta enfermedad tiene un enorme impacto sobre
los individuos, sus familias y las comunidades de los países en desarrollo en
términos de carga de la enfermedad, pérdida de productividad, empeoramiento de
la pobreza y los altos costos de la atención médica a largo plazo.
• El
bajo nivel educativo en las poblaciones afectadas por la lepra implica que la
información sobre esta enfermedad esté subvalorada pues la falta de
conocimiento apropiado tiene un rol fundamental en la asistencia o no a los
servicios de salud ya que si esta evoluciona sin recibir oportunamente el
tratamiento adecuado, el éxito o fracaso se mide con las intervenciones que
recibieron en el proceso de atención.
• El
deficiente entrenamiento en el personal de salud sobre el diagnóstico y
tratamiento de la lepra hace que el manejo de la misma sea poco efectivo, para
esto se debe hacer un monitoreo estrecho de los casos probables y confirmados
para garantizar que hay calidad en la detección y en los servicios de salud
implementando procesos desde el orden municipal, departamental y nacional.